La dieta que elegimos y cuántos alimentos aprovechamos o desperdiciamos es crucial para tratar de mantener el calentamiento global en raya y que el planeta no rebase un aumento de la temperatura de 1,5 grados.

La dieta que elegimos y cuántos alimentos aprovechamos o desperdiciamos es crucial para tratar de mantener el calentamiento global en raya y que el planeta no rebase un aumento de la temperatura de 1,5 grados.
A nivel mundial y comparado con otros países, Costa Rica tiene emisiones bajas de CO2, pero han ido creciendo con el paso de los años. Por ejemplo, en 1990, el país producía al año 0,92 toneladas por persona, es decir, en cuatro décadas casi que se duplicaron las emisiones per cápita.
El sector Energía es responsable de más de dos cuartas partes de todo el CO2 equivalente que generó Costa Rica en 2017: 55% de las 14.478 Gigagramos (Gg) de CO2 equivalente. Dentro de este sector, el transporte ha sido, históricamente, la mayor fuente neta de emisiones. Destacando, particularmente, los vehículos particulares.
El efecto invernadero es un proceso natural que calienta la superficie de la Tierra por medio de la energía que llega del Sol. Ello permite la existencia de una temperatura ideal para la vida de todos los seres que habitamos en el planeta. Sin embargo, desde la segunda mitad del siglo XVIII (Revolución Industrial), el calor que absorbe el planeta es mucho más del necesario debido a las excesivas cantidades de gases de efecto invernadero (GEI) que los humanos lanzamos a la atmósfera, particularmente dióxido de carbono (CO2).
Las imparables lluvias e inundaciones que afectaron a Turrialba en julio de 2022 reflejan cómo el aumento de la temperatura en el país -producto del cambio climático- ha trastornado el comportamiento de las precipitaciones. Ahora, en cuestión de uno o dos días puede caer la misma cantidad de agua que antes se distribuía en una semana o más. La vertiente Caribe es más proclive a esos fenómenos, mientras en el Pacífico Norte y Pacífico Central, los efectos del cambio climático se manifiestan en sequías severas como la de 2014-2015.
Con un plan de seis acciones climáticas, más de 1.000 científicos buscan orientar a los líderes mundiales en cuanto a los esfuerzos para limitar el incremento de la temperatura media del planeta a 1,5 °C. El plan, titulado World Scientists’ Warning of a Climate Emergency detalla que, para garantizar la supervivencia de la humanidad a largo plazo, se requiere reparar el clima, reduciendo los gases de efecto invernadero (GEI).