La movilización de dinero del mundo desarrollado al mundo en desarrollo será el eje transversal en las discusiones de la próxima conferencia climática COP28, un tema que América Latina sigue de cerca.

La movilización de dinero del mundo desarrollado al mundo en desarrollo será el eje transversal en las discusiones de la próxima conferencia climática COP28, un tema que América Latina sigue de cerca.
En medio de las discusiones entre reducir o terminar con los combustibles fósiles, el sector de la agricultura suele no recibir la atención necesaria de las Conferencias de las Partes (COP), sede de las negociaciones climáticas internacionales. Su responsabilidad en la crisis climática está establecida -representa un tercio de las emisiones globales que calientan el planeta- así como la urgente necesidad de que el sector se pliegue a acciones más ambiciosas para frenar la crisis.
Latinoamérica ha buscado en las últimas dos décadas la manera de financiar proyectos de energía y transporte que prometan un futuro más sostenible para sus habitantes. Sin embargo, detrás de las altas cifras en inversiones adeudadas hasta la fecha, se esconden dudas sobre la sostenibilidad y la verdadera contribución al cambio climático de estos planes.
Basados en la Iniciativa Bridgetown, la propuesta de Barbados para cambiar las reglas del financiamiento climático, los países se reunirán esta semana para idear un plan que permita sobrellevar la policrisis causada por el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la pobreza.
Esta investigación periodística desentraña, paso a paso, la forma en que opera el sistema de financiamiento global para el cambio climático. En cada reportaje de la serie se revela cómo los países ricos del Norte Global, respaldados por influyentes bancos e instituciones multilaterales, han creado una arquitectura financiera poderosa, pero desigual. Una estructura que favorece sus propios intereses y ganancias a expensas de que los países más vulnerables se ahoguen en deudas.
La actual arquitectura de financiamiento climático tiene un marco que se asienta en la transferencia de fondos desde países desarrollados a naciones en desarrollo. Sin embargo, existe un trasfondo que no solo ha ralentizado ese flujo de dinero, también ha ampliado la brecha entre el Norte y Sur Global.
Seis de los diez países con mayor dependencia a préstamos están en esta región. Barbados, Uruguay, Venezuela, México, Argentina y Panamá lideran la lista de naciones con mayor peso de deuda, donde acompañan a Uzbekistán, India, Kazajistán y Bielorusia. Monto de créditos supera el 90% del total del financiamiento para atender crisis climática, según análisis de datos de La Data Cuenta y Ojo al Clima.
Once países del mundo caminan sobre una cuerda floja que les obliga a mantener altos niveles de endeudamiento y, al mismo tiempo, encarar una alta vulnerabilidad a las consecuencias del cambio climático. Encabezando esta lista se encuentran India, Bangladesh y Paquistán, tres de los países asiáticos más impactados por inundaciones y olas de calor en 2022.
Dependencia de créditos oscila entre el 51% y el 100%. Según el análisis realizado por La Data Cuenta y Ojo al Clima, un total de 75 países han pedido empréstitos por más de US $367.000 millones en 20 años, lo cual representa el 91% del monto total colocado. Las naciones de ingresos medios son las mayores deudoras.
En financiamiento climático han aportado $0,23 por tonelada de carbono emitida en el último siglo. Japón y Alemania son los que más han contribuido con fondos multilaterales y de la OCDE. EE. UU. y Reino Unido están rezagados, mientras que China, Rusia e India han realizado, prácticamente, cero aportes.
¿Qué es el cambio climático? ¿Por qué es tan malo? ¿Es realmente culpable de todas las debacles meteorológicas y humanas que se le achacan? ¿Cómo tienen certeza los científicos de que el cambio climático es provocado por las personas? ¿Qué evidencia, observada y razonable, lo sustenta?
La Data Cuenta conversó con la doctora Ruth Cerezo Mota – investigadora mexicana en climatología, modelación y cambio climático- para responder a estas interrogantes bajo el tamiz del análisis de datos y la visualización de cuatro indicadores clave e interrelacionados que arrojan luz sobre el reto que el cambio climático representa para la vida.
Los países reunidos en la COP27 acordaron crear un fondo específico para financiar pérdidas y daños, cuya estructura es el primer pendiente que tiene la COP28, conferencia a realizarse en 2023. América Latina y el Caribe fue clave en el impulso a este tema desde los bloques de negociación en los que participa. La conferencia también permitió visibilizar otras cuestiones que competen a la región.