Descarbonizar sus economías hacia la segunda mitad de este siglo es un pacto suscrito por 196 países en el Acuerdo de París (2015). Para cumplirlo, cada nación se comprometió a metas acordes a sus realidades, las cuales se conocen como Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDC, según sus siglas en inglés). Su ejecución también depende, en no pocos casos, del financiamiento.
Existen NDC incondicionales y condicionales, la diferencia yace en la necesidad de ayuda financiera externa. Si las acciones requieren financiamiento multilateral o bilateral, entonces son NDC condicionales.
Por ejemplo, en el caso de las NDC relacionadas con la adaptación, las de casi una décima parte de los países del mundo (11) son condicionales, dependen totalmente del apoyo financiero externo para cumplirlas. Otra tercera parte de las naciones (66) necesita parcialmente de este soporte económico.
En el caso de las NDC vinculadas a la mitigación, casi la mitad son parcialmente condicionales (91 países) y las de 17 países demandan financiamiento total, tal y como se desprende de un análisis elaborado a partir de datos del Instituto Alemán para el Desarrollo.
Según el Informe sobre la brecha de emisiones 2022, las NDC incondicionales y condicionales reducirán las emisiones en un 5% y un 10%, respectivamente, al 2030. Mientras las NDC incondicionales tienen un 66% de posibilidades de limitar el calentamiento a 2,6 °C a lo largo del siglo, las NDC condicionales lo limitarían a 2,4°C.