La científica del año en Costa Rica cuenta cómo derribó barreras e hizo su carrera en cambio climático

La científica del año en Costa Rica cuenta cómo derribó barreras e hizo su carrera en cambio climático

Hassel Fallas

Hassel Fallas

Análisis y visualización de datos

Karol Quesada

Karol Quesada

Reportaje

Publicado el 29 de noviembre de 2022

De pequeña, Ana María sentía fascinación por la lluvia y las plantas. Su afición por observar cómo caían del cielo las gotitas de agua, se escurrían por la tierra y días después hacían crecer las plantas, la llenó de muchas preguntas que, años después, solo se responderían con la sabiduría de las ciencias, ese mundo donde siempre se sintió cómoda para explorar y razonar sobre la naturaleza a su alrededor.

Cuando llegó la adolescencia y el momento de elegir una carrera, Ana María supo con certeza que estudiaría una Ciencia, pero no una relacionada con la botánica. Para ese entonces había descubierto que su relación con las plantas era más bien un bonito pasatiempo, no una profesión para transitar toda la vida.  

Entonces pensó en cuánto le gustaba la Física y la manera en que con ella se podían explicar los fenómenos naturales, particularmente estaba encantada con las estrellas, los planetas, las galaxias, los agujeros negros y todo aquello que le daba sentido a la Astronomía. 

Convencida de hacer carrera en la Astrofísica se enrumbó a la Universidad de Costa Rica a inicios de este siglo y entre curso y curso, conversaciones de pretil y muchas lecturas comprendió que la Física eran mil campos posibles de estudio, más allá de las leyes de las estrellas.

Poco a poco, aquella revelación la llevó de nuevo a su niñez, al recuerdo de la lluvia y su amor por las plantas. Al final la balanza se inclinó por seguir estudiando Física, pero enfocada en la que explica cómo funciona la atmósfera y su relación con la meteorología (estado del tiempo, temperaturas lluvias) y la climatología (variaciones de los fenómenos meteorológicos en el largo plazo). 

La física atmosférica es diferente del resto, contiene un poquito de cada una de las ramas de la Física. Eso me gustó mucho y me fui por esa línea de investigación… Todo empezó con la lluvia y mi gusto por las plantas y, al final, en los últimos años me he dedicado a estudiar la relación entre atmósfera, suelo y plantas, cómo en la superficie se intercambian gases, energía, gases de efecto invernadero, cuenta Ana María, quien hoy se ha convertido en la doctora Durán, especialista en Meteorología, Oceanografía y Cambio climático.

Todos esos méritos, sumados a los de trabajar con grandes volúmenes de datos para construir modelos atmosféricos que ayuden a entender las particularidades del clima en Costa Rica, las lluvias extremas y los efectos del cambio climático, la convirtieron en la científica del año en Costa Rica, destacada por el Ministerio de Ciencia, Innovación, Tecnología y Telecomunicaciones (Micitt). 

¿Cómo consiguió la doctora Ana María Durán llegar a ser reconocida en un mundo donde las mujeres en Ciencia son escasas?, donde menos de una tercera parte de los países han conseguido la paridad de género necesaria para que las mujeres se desempeñen como investigadoras. 

Su camino no estuvo exento de situaciones negativas, obstáculos y discriminación, pero con grandes dosis de perseverancia, disciplina y convicción cumplió su sueño. Hoy, desde espacios como la  Red Iberoamericana de Mujeres para la Acción Climática – que coordina- alza la voz para demostrar que, aunque las mujeres son muy vulnerables a las consecuencias del cambio climático, también son fundamentales para encontrar soluciones a la crisis.

Su mensaje para las niñas y las jóvenes que quieren ser científicas es sencillo: Entre más mujeres haya en el sistema más fácil será, en equipo, eliminar todos los obstáculos del camino. Atreverse a entrar a este mundo es también abrirle el camino para que muchas otras muchachas se atrevan, dice en el video resumen de esta entrevista con La Data Cuenta.

La brecha sigue siendo un abismo

El siguiente gráfico interactivo evidencia el tamaño de la brecha que le impide a las mujeres participar de manera equilibrada en la concepción y creación de nuevos conocimientos que no solo mejoren u originen nuevas teorías sino soluciones científicas que ayuden a mejorar la calidad de vida actual y futura de la humanidad.

Concepto clave

Paridad de género: Se refiere a la igualdad relativa que, en términos de números y proporciones debe existir entre mujeres y hombres,  niñas y niños, respecto de un determinado indicador.

Datos relevantes de la infografía

Birmania (Myanmar) figura como el país con mayor porcentaje de mujeres investigadoras del mundo. Sin embargo, debe considerarse que los datos en los que se basa esta visualización fueron recabados entre 2015 y 2018, previo al golpe de estado militar del 2021. Desde entonces, el retorno de los militares a este país asiático ha minado, significativamente, los avances de igualdad de género logrados en el pasado.

Entre los 36 países que, globalmente, han conseguido la paridad de género para la investigación científica destacan 15 de Europa, nueve de Asia y 9 de América Latina y el Caribe; entre ellos: Venezuela, Panamá, Trinidad y Tobago, Argentina y Uruguay.

En Latinoamérica, Costa Rica es un país que se ha ido acercando a la paridad de género en el universo de la ciencia. En la nación centroamericana, cerca del 44% de las investigadoras son mujeres.

Los datos de la Unesco muestran que, en América Latina, los países con los avances más lentos son Chile, México y Perú, donde las mujeres son menos de una tercera parte de las investigadoras científicas.

Los países africanos son los más rezagados en cuanto a presencia de mujeres en la investigación científica. La mitad de sus 32 países evaluados por la UNESCO está por debajo del 28%.

¿Cómo incentivar una mayor participación de mujeres en la Ciencia?

"En la actualidad, la participación de las mujeres en la ciencia es muy limitada por factores asociados como el acceso a la educación, la posibilidad de avance en las carreras académicas y los procesos de toma de decisión. Se trata de la famosa tubería rota, donde pueden ingresar muchas mujeres al sistema, pero se van quedando en el camino por toda una serie de patrones de acoso y discriminación que existen"

“Desde el punto de vista de la investigación es algo negativo. Si no tenemos el criterio de las mujeres para definir indicadores y parámetros, todo cambia. La presencia de las mujeres incide directamente en los diseños experimentales y en los diseños de investigación. La cantidad de mujeres que lideran estos procesos en la academia es muy reducida”.

Por eso es tan importante la participación de más mujeres en la ciencia. Entre más mujeres tengamos en el sistema más fácil será para nosotras eliminar todos estos obstáculos que encontraremos en el camino. Participar en la ciencia también es abrirle el camino a otras niñas y jóvenes que, posteriormente, vendrán a formar parte también de las ciencias y la tecnología.

Es muy importante que recuerden: ustedes tienen toda la capacidad para entrar a la ciencia. Son las personas más capaces para resolver los problemas de sus comunidades. La ciencia no solamente es útil, también es muy bonita y nos permite trabajar en algo que nos interesa y que nos gusta mucho.

Doctora Ana María Durán, especialista en Meteorología, Oceanografía y Cambio climático.

Datos climáticos, ¿una bola de cristal?

Además de ser una apasionada por impulsar la carrera de otras mujeres en la Ciencia, la doctora Durán es crítica y franca sobre el alcance de los análisis de datos de cambio climático y los modelos de escenarios futuros. ¿Por qué? Sintetizamos sus razones en dos frases claves:

“La pregunta típica: Con el cambio climático, ¿lloverá más o menos?. La respuesta más honesta es que no tenemos una certeza de qué ocurrirá de manera general. Lo que podemos determinar, estadísticamente, son comportamientos posibles proyectados, pero sabiendo que los modelos de medición tienen incertidumbres asociadas. Recordemos que un modelo es una representación simplificada de lo que sucede. El modelo no es una bola de cristal que nos dice exactamente qué sucederá en 50 o 60 años. Es una representación, una aproximación, no es la realidad, es un diagnóstico de algo que podría suceder considerando las condiciones pasadas y actuales”.

“Los modelos (de incidencia de cambio climático) tienen un límite en la resolución espacial. Si yo quiero saber qué es lo que pasará en mi comunidad, que está en una escala espacial muy pequeña, tengo que saber que el modelo, en su mejor escenario, pueda hacer estimaciones de probabilidad estadística sobre 50 kilómetros de territorio. Entonces, podemos tener muchas diferencias entre comunidades. El modelo no está en la capacidad de representar el 100% de la realidad porque los sesgos siempre prevalecerán en el sistema. La “cautela de los científicos” a la que ustedes se refieren es la responsabilidad de comunicar apropiadamente lo que proyectan los modelos. No es lo que nos dicen, es lo que proyectan. La probabilidad de lo que podría suceder es muy diferente a decir, tajantemente, va a llover más o va a llover menos”

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2022

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