No todo son malas noticias
Los avances de la ciencia siempre tienen sorpresas que ofrecer y en este caso, la sorpresa está relacionada con la absorción del CO2 y las infraestructuras de cemento. Así lo estableció el IPCC en su informe «Cambio Climático 2021, bases físicas”:
“La absorción de CO2 en la infraestructura del cemento compensa aproximadamente la mitad de las emisiones de carbono de la producción actual de cemento”.
Además, otro estudio de la revista científica Nature Geoscience afirmó que: “Encontramos que la carbonatación de los materiales de cemento durante su ciclo de vida representa un sumidero neto grande y creciente de CO2”.
A partir de esto, el estudio concluyó que la absorción de CO2 de los productos de cemento representa un sumidero de carbono sustancial que actualmente no se considera en los inventarios de emisiones.
Ese proceso de absorción se conoce como carbonatación. El proceso es lento y se da durante todo el ciclo de vida de los materiales a base de cemento. A medida que pasa el tiempo, el CO2 se propaga en los poros y desencadena una reacción química, comenzando en la superficie y moviéndose gradualmente hacia el interior.
Si bien, el proceso de carbonatación requiere tiempo y absorbe sólo la mitad, en la carrera que tenemos contra el cambio climático, todo suma.
Como hemos visto, cada sector debe tomar un camino hacia la descarbonización y el caso del sector cementero, no es la excepción.
Según Rodrigo Carazo, de la Comisión de Construcción Sostenible de la Cámara Costarricense de la Construcción, para evitar el uso de clinker, las empresas se han inclinado por la utilización de minerales adicionados como puzolana, roca volcánica muy fragmentada y que se utiliza como aislante en la construcción y en la fabricación de cemento hidráulico.
Además, Carazo señala que la optimización y automatización de la operación, el uso eficiente de los recursos, la inversión en tecnología, la introducción de mejoras en los procesos de transporte y logística, han sido parte de las estrategias utilizadas para reducir los gases de efecto invernadero generados en el sector industrial.