¿Sabías que, de cada tres vehículos que ves en carretera, dos de ellos son automóviles personales? Si te abruman tantos carros particulares en la calle y las presas viales que provocan, tenés que saber que este problema viene en crecimiento desde finales del siglo pasado.
Tal y como lo muestra nuestro gráfico animado de la semana, en el año de 1980, circulaban en las calles y carreteras 37 autos particulares por cada mil ticos. Ese número se disparó más de cinco veces a finales de 2019, cuando la cifra de carros personales por cada mil personas subió a 194.
El caos ejemplificado en San José
¿Cómo llegamos a tener tantos carros particulares en carretera? Andrea San Gil, fundadora del Centro para la Sostenibilidad Urbana, afirma que, para comprenderlo, hay que mirar al pasado, cuando por ejemplo, el centro de San José solía ser el hogar y sitio de trabajo de una buena parte de quienes vivían allí.
Entonces, el transporte público estaba pensado para trasladar a la gente dentro de esa misma zona y era, prácticamente, la única forma de llegar al trabajo. En 1984, apenas dos de cada 10 josefinos tenía acceso a un auto particular, según el Censo de ese año.
Con el paso del tiempo, las familias de la capital se mudaron a vivir a otras zonas suburbanas, motivadas, entre otras razones, por la compra de un carro particular, que les permitió desplazarse con más independencia.
Esta situación causó una división geográfica entre lugares de residencia (ciudades dormitorio) y los laborales. Por ende, implicó dos cambios importantes:
- Más personas optaron por comprar carros para llegar a sus trabajos.
- La necesidad de reorganizar un nuevo sistema de transporte público periférico para traer, desde las afueras a la capital, a los trabajadores que no podían adquirir un vehículo. Un sistema que, con el tiempo, trajo infelicidad a los pasajeros por su ineficiencia y exacerbó su dependencia del carro particular.
Así, poco a poco inició el caos vial que hoy sufrís cuando venís a San José o te movés por la Gran Área Metropolitana. Desorden donde coexisten alrededor de 5.800 pasajeros por hora esperando por un bus con vehículos particulares que acaparan tres cuartas partes del total de automotores que circulan por la ciudad.
Esto explica por qué nos demoramos cada vez más en desplazarnos de un lugar a otro, hay muchos más carros para, prácticamente, la misma infraestructura vial de inicios de siglo.
“La capacidad de movilidad vehicular dentro de la GAM, tanto en volumen de vehículos como en tiempos de viaje, se ha visto cada vez más limitada por el flujo creciente de automotores y la lenta actualización de obras viales. Esto lleva a una red de comunicación débil con una pobre conexión transversal entre radiales, poco desarrollo de tipo reticular, grandes flujos periféricos y pérdida de horas de trabajo y familia por tiempos prolongados de viaje” , sostiene este informe del Programa Estado de la Nación.