La globalización alimentaria, evidenciada por la presencia de productos como aguacates mexicanos y bananos africanos en mercados internacionales, contribuye significativamente al cambio climático, generando un tercio de las emisiones totales de gases de efecto invernadero. A pesar de la declaración de la COP28 sobre agricultura sostenible, no aborda las causas fundamentales como la obtención de alimentos y el uso de agroquímicos. Las grandes empresas buscan oportunidades financieras mediante la emisión y venta de bonos de carbono. Además, la falta de claridad sobre la reducción de combustibles fósiles y compensaciones de mercado de carbono plantea desafíos en la lucha contra el cambio climático.
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