El aumento de las temperaturas, las lluvias más intensas y la infraestructura deficiente podrían empeorar la proliferación del mosquito. En los próximos 15 años, estados como Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán, Colima, Tamaulipas, Nuevo León y Chiapas podrían tener entre el 70% y el 100% de sus municipios en riesgo crítico de dengue.
Por: Hassel Fallas, análisis de datos y redacción
Publicado el 06 de noviembre de 2024
Por: Hassel Fallas, análisis de datos y redacción
Publicado el 06 de noviembre de 2024
Un efecto colateral
El cambio climático no solo golpea con tormentas más violentas o calor extremo. Sus efectos secundarios están transformando el panorama de la salud pública, y el dengue es uno de los ejemplos más contundentes. Esta enfermedad, transmitida por el mosquito Aedes aegypti, encuentra en el calor creciente y las lluvias más intensas el ambiente perfecto para expandirse, prolongando su presencia incluso fuera de las temporadas habituales.
Un análisis de La Data Cuenta, basado en el Atlas Nacional de Vulnerabilidad al Cambio Climático, evidencia un panorama inquietante: 560 municipios en México —casi una cuarta parte del territorio— ya enfrentan una alta o muy alta vulnerabilidad al dengue. Y esto es solo el principio. Si las temperaturas siguen en aumento, este número podría dispararse en las próximas décadas.
De hecho, en solo 15 años, los datos muestran que estados como Campeche, Quintana Roo, Tabasco, Yucatán, Colima, Tamaulipas, Nuevo León y Chiapas podrían tener entre el 70% y el 100% de sus municipios en riesgo crítico de dengue.
En estos estados coexisten municipios altamente propensos al dengue debido a su combinación de temperaturas medias de entre 25 °C y 32 °C y lluvias frecuentes. A esto se suma la falta de servicios de saneamiento y el acceso limitado a la atención médica, una mezcla que dificulta la respuesta ante los brotes y agrava la situación de salud pública.
La expansión desordenada de las ciudades, junto con la escasez de agua potable y la acumulación en recipientes durante las sequías, crea un ambiente favorable para la propagación del dengue y dificulta el control de los mosquitos. Imagen creada a partir de IA
Municipios de Oaxaca y Veracruz a la cabeza
Entre los municipios más afectados, Chahuites, en el sureste de Oaxaca, se lleva el primer lugar con un índice de vulnerabilidad del 93%. Aquí, más de 11 mil personas viven bajo la constante amenaza del dengue. Le siguen Oteapan, Tlacotalpan e Hidalgotitlán, en Veracruz, con índices de entre 91% y 92%, junto con Arriaga (Chiapas) y Jonuta (Tabasco), ambos con un 90%.
Pero no se trata solo de cifras. Las comunidades en estas regiones están viendo cómo los patrones climáticos, cada vez más impredecibles, agravan su situación. Las lluvias no son solo más frecuentes, sino también más erráticas, y las temperaturas cálidas se extienden a lo largo de todo el año.
“El cambio climático ha permitido que el dengue se expanda incluso a zonas donde antes el mosquito no sobrevivía”, explica la doctora Valentina Davydova Belitskaya, experta en Física Atmosférica de la Universidad de Guadalajara. “Las islas de calor urbanas, el crecimiento desordenado y la acumulación de agua en comunidades sin acceso regular a agua potable han creado un ecosistema ideal para que el mosquito permanezca activo los 12 meses del año.”
El dengue no solo implica fiebre y dolor muscular para quienes lo padecen; en muchas comunidades, los brotes generan una saturación hospitalaria que pone al sistema de salud en jaque. Los hospitales y clínicas en municipios de alto riesgo operan al borde de su capacidad, mientras que los programas de control de vectores luchan con recursos insuficientes.
«Las instituciones de salud pública que reciben pacientes con dengue deben proporcionarles pronta atención. Si es posible diseñar un área especial para dar seguimiento a los enfermos, además de contar con camas suficientes para la atención; de lo contrario podría aumentar la mortalidad de la población ante esta enfermedad», advierte el informe del Instituto Nacional de de Ecología y Cambio Climático (INECC).
Las consecuencias económicas son igualmente devastadoras. Familias enteras enfrentan pérdidas económicas significativas debido al ausentismo laboral y escolar. En zonas marginadas, donde la subsistencia depende del trabajo diario, perder días de actividad por enfermedad es un golpe difícil de sobrellevar.
La versión interactiva de esta visualización solo está disponible para computadoras de escritorio
Escenarios al 2040: Más municipios en riesgo
Si el presente es alarmante, las proyecciones a futuro son aún más desoladoras. En un escenario optimista, donde el calentamiento global se mantiene por debajo de los 2°C (modelo SSP1-2.6), 694 municipios caerían en la categoría de alta o muy alta vulnerabilidad para 2040. En este escenario, Tlacotalpan (Veracruz) superaría a Chahuites como el municipio más frágil del país.
Pero si las temperaturas superan los 2°C (modelo SSP2-4.5), el número de municipios vulnerables se elevaría a 756, afectando casi una tercera parte del territorio nacional.
Las regiones del sur y sureste, como Campeche, Tabasco, Quintana Roo y Yucatán, seguirán siendo las más expuestas, con prácticamente todos sus municipios en riesgo crítico de enfrentar brotes recurrentes de dengue.
Incluso estados como Colima y Tamaulipas, que actualmente no están en los primeros lugares de vulnerabilidad, podrían ver más del 80% de su territorio en riesgo para mediados de siglo.
Nuevo León y Chiapas, por su parte, no se quedarían atrás. Ambos estados podrían tener más del 70% de su territorio bajo amenaza, consolidándose como zonas de alta vulnerabilidad en un escenario de calentamiento global continuo.
La versión interactiva de esta visualización solo está disponible para computadoras de escritorio
Una crisis anunciada, pero prevenible
El dengue ya supone una carga importante para el sistema de salud, pero podría volverse incontrolable si no se toman medidas inmediatas. La doctora Davydova subraya que la prevención es clave: campañas de fumigación, eliminación de criaderos y educación comunitaria pueden marcar la diferencia. Sin embargo, advierte que, en los municipios más vulnerables, los brotes no solo son más frecuentes, sino también más severos, aumentando la probabilidad de dengue hemorrágico, una variante mortal.
El INECC insiste en la necesidad de una estrategia integral, que combine la prevención con una respuesta rápida ante los brotes. Sin acciones coordinadas, el dengue no solo seguirá siendo una amenaza, sino que podría transformarse en una crisis de salud pública que rebase la capacidad de respuesta del país.
Todos los derechos reservados
2024
(Los artículos son propiedad de La Data Cuenta. Si desea hacer referencia a ellos, por favor cite la fuente original y vincule el link a su publicación).
Para consultas sobre cursos, asesorías o desarrollo de proyectos en análisis y visualización de datos, escriba a: hassel@ladatacuenta.com