Texto, análisis y diseño de datos: HasselFallas
Publicado: 19 de febrero de 2024
En un viaje por el tiempo que comienza en 1850 y llega hasta nuestros días, una línea blanca horizontal traza sobre un gráfico el pulso térmico del planeta. No es simplemente una línea. Es la crónica del calentamiento gradual y silencioso que altera las temperaturas en todas partes del globo. Esta línea revela un patrón inquietante: por cada año que pasa, el termómetro global se inclina ligeramente hacia arriba, un promedio de 0.0096 °C.
A primera vista, una variación anual de 0.0096 °C puede parecer mínima, pero acumulada por década desde 1850 hasta la fecha, tiene un impacto muy significativo.
Detrás de ese resultado hay un modelo estadístico conocido como regresión lineal que dibuja en el gráfico una raya a través de más de 2.000 puntos dispersos de anomalías de temperatura. El objetivo es determinar la relación entre el tiempo (el año) y la variación térmica.
La regresión asume que ese vínculo puede ser representado como una línea recta donde, por cada año que pase, habrá un cambio constante y uniforme en la anomalía de temperatura. A esa variación, estimada en 0.0096 °C, se le llama coeficiente de pendiente.
Con los cálculos realizados, y para ejemplificar el efecto agrupado de esa pequeña variación térmica, se determinó que el calentamiento ha sido mayor desde la década de 1980. A partir de ella y hasta lo que llevamos de la del 2020 la escalada lleva del modesto sobrecalentamiento de 0.30 °C en los 80 hasta el preocupante 1.54 °C exhibido en los últimos cuatro años.
Bajo la metodología para discernir estas tendencias se encuentra algo más que cálculos y números. Hay una realidad ineludible: el calentamiento global no es una predicción, sino una realidad presente que hizo de 2023 el año más caliente de la historia, registrando en todos los meses del segundo semestre las temperaturas medias globales récord desde que existen datos. Los gráficos a continuación resumen esta historia.
Las anomalías de temperatura son diferencias entre la temperatura observada o prevista y la temperatura media de un período de referencia dado. Estas diferencias pueden ser positivas o negativas. Las negativas indican que la temperatura es más baja que la media mientras que las positivas indican que la temperatura es más alta que la media. Para esta visualización se considera además anomalía positiva alta a aquella que está por encima de un grado °C. Los datos de las anomalías son en grados °C con respecto al promedio del siglo XX (1901-2000) y se refieren a las registradas en la superficie terrestre.
Nota: Todos los gráficos fueron elaborados con datos del Centro Nacional de Información Ambiental de Estados Unidos y confeccionados en Datawrapper
Los meses del año están revelando patrones climáticos cambiantes, cada uno con su propia historia en el contexto del calentamiento global. Todos muestran un aumento en las anomalías positivas de la temperatura, aunque con diferencias significativas en cuanto a frecuencia e intensidad. Este análisis visual presenta los datos detrás de cada una de estas variaciones, ordenándolos del mes con la temperatura más distorsionada en la superficie del planeta al que menos cambios ha tenido en el registro histórico de temperaturas desde 1850.
Marzo se ha convertido en un mes emblemático para entender las transformaciones climáticas globales. El análisis de las temperaturas revela que en 1990 se registró, por primera vez, una anomalía positiva alta (por encima de 1 grado Celsius), pero es a partir del año 2000 cuando estas comenzaron a marcar una tendencia ascendente remarcable. El punto álgido de este fenómeno se observó en 2016, caracterizado por una anomalía sin precedentes de +2.49 grados Celsius. Este incremento no solo estableció un récord, sino que también coincidió con el impacto del fenómeno de El Niño, que tuvo lugar entre 2014 y 2016, exacerbando las condiciones de calor extremo.
En la cronología del cambio climático, octubre se ha vuelto un mes crítico, revelando tendencias significativas en el aumento de las temperaturas. Los registros históricos muestran 20 anomalías positivas altas desde 1850, ubicando a octubre como el segundo mes con mayor número de estas variaciones extremas en la temperatura. La secuencia de eventos comenzó a volverse preocupante en 2003, seguida de un nuevo pico en 2005. Sin embargo, 2023 es el punto de inflexión porque registró la mayor anomalía positiva alta en grados Celsius hasta la fecha. Octubre, tradicionalmente un mes de transición hacia temperaturas más frías en muchos lugares del mundo, ahora es un claro indicador de los desafíos climáticos que enfrenta el planeta.
Desde 2001, noviembre ha mostrado una tendencia hacia temperaturas inusualmente altas, con un total de 20 anomalías positivas altas desde que se registran los datos, situándolo como el tercer mes con más anomalías en el histórico. Esta tendencia se intensificó a partir de 2020, marcando un cambio hacia una frecuencia constante de eventos climáticos extremos. El año 2023 se distingue por haber registrado la anomalía más alta, evidenciando no solo la variabilidad climática sino también el impacto significativo del calentamiento global. Noviembre, conocido por sus señales del inicio del frío en muchas partes del orbe, ahora refleja la realidad del cambio climático.
Un año tan cálido como el 2023 se consideraba inevitable a largo plazo debido a una combinación de calentamiento climático continuo y la ocurrencia de El Niño. El cambio en la temperatura anual de 2022 a 2023 fue mayor que cualquier cambio de un año a otro en el registro de datos. 2023 también es inusual en que su temperatura récord corresponde a un año en el que El Niño estaba en fase de desarrollo en lugar de estar en declive, como fue el caso en 2016 y 1998
Enero, tradicionalmente conocido por sus bajas temperaturas invernales, ha experimentado un cambio significativo con 19 anomalías positivas altas registradas, convirtiéndolo en el cuarto mes con mayor número de estas alteraciones climáticas. Desde 1981, el patrón comenzó a cambiar notablemente, pero fue a partir de 2016 cuando estas anomalías se hicieron constantes, año tras año, alcanzando la anomalía más alta en ese mismo año. Este aumento sostenido de temperaturas por encima de lo normal refleja un claro indicio del avance del cambio climático.
Septiembre, un mes que suele marcar el cambio de estaciones en los hemisferios norte y sur, ha registrado 18 anomalías positivas altas, ubicándolo como el quinto mes con más anomalías en el historial climático. La tendencia comenzó a ser notable en 2002, con años significativos como el 2005, pero ha sido en 2023 cuando las anomalías marcaron el aumento más alarmante desde que existen los datos. La recurrencia de temperaturas altas en septiembre señala un cambio considerable en los patrones estacionales, apuntando hacia una alteración significativa del clima global.
Inundaciones globales: El 2023 estuvo marcado por calamitosas inundaciones, incluyendo las provocadas por el huracán Otis, que golpeó al estado de Guerrero, México, con devastadores efectos sobre Acapulco. Las inundaciones abarcaron una serie de fenómenos repentinos causados por lluvias intensas y desbordamientos a gran escala en estados como California y Chile. Ciclones tropicales como Freddy en África y Mocha en Asia, junto con sistemas de baja presión y lluvias monzónicas, contribuyeron a este patrón global. En África, la sequedad del suelo exacerbó la situación, acelerando el escurrimiento y aumentando la magnitud de las inundaciones.
Incendios forestales: El año igualmente estuvo marcado por incendios forestales severos, impulsados por condiciones de sequía y calor. Estos incendios, especialmente notorios en el sur de Europa, Canadá, América del Sur, Australia y Hawái, no solo devastaron áreas de bosques y tierras, sino que también contribuyeron significativamente a las emisiones globales de carbono.
Sequía y calor: El 2023 también fue testigo de una preocupante falta de precipitaciones y olas de calor sin precedentes en distintas regiones del mundo. América del Norte y del Sur, así como África occidental, enfrentaron una sequía prolongada que afectó vastas áreas, incluyendo la cuenca del Amazonas y los humedales del Pantanal. Estos fenómenos climáticos no solo batieron récords de temperatura en el sur de Europa, el norte de África, y partes de América del Norte y Asia, sino que también se extendieron estacionalmente a América del Sur, el sur de África y Australia.
Fuente: Resumen Climático Anual 2023, Servicio de Cambio Climático Copernicus
Un final de año cada vez más caluroso. Diciembre, históricamente asociado con el frío invernal, ha experimentado un notable cambio climático, registrando 18 anomalías positivas altas y convirtiéndose en el sexto mes con más anomalías. Desde 1939, las temperaturas han mostrado un incremento, pero es a partir de 2017 cuando estas anomalías se han vuelto más frecuentes, alcanzando en 2023 la anomalía más alta en grados Celsius. Este patrón resalta no solo el cambio en las temperaturas de diciembre sino también la aceleración del cambio climático en años recientes.
La primavera bajo el efecto del calentamiento global. Abril, el mes que tradicionalmente da la bienvenida a la primavera en el hemisferio norte, ha visto alteradas sus condiciones climáticas con un total de 17 anomalías positivas altas, ubicándolo como el séptimo mes con más alteraciones. Las primeras señales de este cambio se manifestaron en 1990, intensificándose a partir de 2016, año desde el cual las anomalías se han hecho constantes, marcando también el registro de la anomalía más alta.
Alteraciones climáticas en plena primavera. Mayo, situado en pleno corazón de la primavera en el hemisferio norte, ha registrado 17 anomalías positivas altas, siendo el octavo mes con más anomalías. La tendencia hacia un clima más cálido comenzó a ser evidente desde 2002, pero fue en 2020 cuando las anomalías se convirtieron en una característica constante del mes, registrando además la anomalía más alta ese año.
Un mes de frío que se calienta. Febrero, conocido por sus bajas temperaturas invernales, ha registrado un cambio relevante con 16 anomalías positivas altas, situándose como el noveno mes con más cambios. Las variaciones comenzaron a ser notable en 1995, pero desde 2016, se han vuelto constantes, destacando ese año por tener la mayor elevación de temperatura.
¿Cuáles son las expectativas para 2024? Un pronóstico recientemente publicado para el año sugiere que podría ser aún más cálido que 2023, con una probabilidad razonable de que el año calendario termine con una temperatura promedio superior a 1,5°C por encima del nivel preindustrial según múltiples conjuntos de datos
El comienzo del verano se intensifica. Junio, que da inicio al verano en muchos lugares del hemisferio norte, ha visto un aumento en las temperaturas con 11 anomalías positivas altas, convirtiéndose en el décimo mes con más anomalías. Este fenómeno comenzó a destacarse en 1998, con un incremento notable y constante de anomalías a partir de 2023, año en el que se registró la mayor anomalía. Pese a ello es de los meses menos afectados por la tendencia del paulatino calentamiento global.
Un verano que extiende su calor. Agosto, tradicionalmente el pico del calor estival ha experimentado 11 anomalías positivas altas, situándolo como el onceavo mes con más cambios. Al igual que junio, el aumento significativo comenzó en 1998, con 2023 marcando el año de las anomalías constantes y la más alta registrada, reflejando una tendencia creciente del calentamiento. Aun así, se cuenta entre los meses que menor impacto han recibido por el incremento gradual de las temperaturas globales
Alteraciones en el corazón del verano. Con 9 anomalías positivas altas, julio es el mes con menos cambios en el registro histórico de temperaturas desde 1850, indicando un calentamiento menos pronunciado en comparación con otros meses. Sin embargo, desde 2011, y más marcadamente desde 2023, las anomalías se han vuelto constantes, alcanzando ese año la mayor anomalía.
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