Entonces, ¿qué medidas urgentes debería aplicar el país para tratar de contrarrestar esta ola de violencia?
“Costa Rica está a tiempo de hacer intervenciones inteligentes, focalizadas, no solamente policiales, sino sociales que generen otro tipo de comprensión y afiliación a ciertos principios de convivencia. Eso será un proceso complejo. Seguramente tendremos que fortalecer la acción de los cuerpos policiales. Generar más presencia de policías en la calle, más abordajes focalizados. ¡Tenemos que hacer algo de forma sistemática, con indicadores! Si esto trasciende un poco más, puede ser que se escape de las capacidades institucionales, de los mandatos y competencias actuales.
“Entonces, hay que aumentar la calidad de la educación no solo en el contenido verbal, es tecnología, conectividad, acceso a la escuela, no puede ser que haya niños que caminen horas para llegar a su centro educativo. Insisto en esto de la educación porque uno de los factores de riesgo identificados a lo largo del tiempo con relación a la violencia es la exclusión del sistema educativo.
“Cuando un niño sale del sistema educativo eso es un factor de riesgo. No necesariamente para que el niño se transforme en un delincuente, pero sí para exponerlo a la violencia de tener empleos precarios, menos herramientas y capacidades para tomar decisiones en su vida, menos habilidades de socialización, capacidades para resolución de conflictos. Genera las condiciones para resultados violentos. Además de la educación, es importante el tema de la calidad de los asentamientos urbanos, dónde viven las personas y en qué condiciones, con acceso a agua a transporte, si el Estado les proporciona seguridad en el sitio o los abandona. Si hay espacios públicos. Hay que generar una serie de condiciones que favorecen las habilidades de convivencia de las personas.
“Hay mucho por hacer y creo que debemos atender el problema a fondo y no simplificarlo diciendo: “allá están los malos, acá los buenos”. Es necesario entender que la violencia nos puede llegar a envolver a todos, dependiendo de las circunstancias en que vivamos. Poderla explicar y poder atender a tiempo los factores de riesgo es fundamental para poder crear una política de seguridad inteligente con resultados.
“Si no hacemos esa inversión, precarizamos la vida de las personas, privatizamos los servicios esenciales tendremos un problema creciente que no se resolverá.
“Por otra parte, me parece muy complicado controlar al crimen organizado sin controlar al sistema de Justicia y al Penitenciario. Es muy importante que la Reforma al Sistema de Justicia tenga financiamiento para que funcionen los Tribunales Especializados de Crimen Organizado. Necesitamos tribunales blindados contra las amenazas a los jueces para que resuelvan conforme a Derecho, pero con la mejor protección. Ese tema queda pendiente por resolver. Al igual que el tema de la legitimización de activos y capitales. En el régimen penitenciario hay que mejorar los controles.“