Una princesa trans para luchar contra la discriminación en el norte de México

Una princesa trans para luchar contra la discriminación en el norte de México

Faby García, mujer trans de 31 años, ganó recientemente el segundo lugar en el concurso a reina de San Isidro, un pueblo en la zona rural del Municipio de Juárez, en el estado mexicano de Chihuahua. Un lugar donde el machismo todavía está muy arraigado y donde ella ha tenido que luchar contra la discriminación y forjarse su propio destino haciendo valer la voz de quien realmente es.

Texto y fotografías: Marco Antonio López La Verdad, Juárez, Chihuahua

23 de septiembre de 2022

Un poco en serio y un poco en broma, Faby García dijo que se iba a lanzar como candidata a reina de su comunidad en El Valle de Juárez, ubicado hacia el sureste de la fronteriza Ciudad Juárez, en el estado de Chihuahua, México. 

Un poco en serio porque recordó que desde pequeña tiene fascinación por los concursos de belleza, y después por los certámenes de Miss Trans. Un poco en serio al pensar en Ivanna Díaz, la juarense que ganó el certamen Miss Trans Star México y representó al país en el Miss Trans Star Internacional ganando el título de primera finalista en el evento celebrado en España.

Un poco en broma porque se trata de San Isidro, una zona rural del municipio de Juárez que ha atravesado fuertes problemas de violencia y que tiene un machismo muy arraigado, mucho más que en la ciudad, dijo Faby a mediados de este año.

Lo tomó más en serio que en broma cuando le dijeron que era un concurso para mujeres, cuando supieron que pensaba postularse y comentaron en la página del ejido: “¿No se supone que es un concurso para chicas? Con el debido respeto que se merece Fabián”.

Entonces lo tomó absolutamente en serio.

“Me di cuenta que no se trataba de mí, sino de todas las personas como yo a las que se les cierran las puertas por ser diferentes, hay muchas personas como yo en estos pueblos que son discriminadas y que tenemos que ganarnos nuestro lugar y el respeto cada día”, explicó Faby, sentada en la sala de su casa en este poblado al oriente de Ciudad Juárez.

Fue ese comentario mal intencionado, el nombre con el que nadie o casi nadie la llama. A pesar de que no tiene un problema con su nombre, por eso le gusta que le digan Faby, sabe que cuando lo usan así es para lastimar. Por eso recordó lo que ha pasado. Lo difícil que ha sido ser aceptada como mujer.

Recordó los días en que despertaba y lo primera que venía a su mente era “otro día más”. Levantarse de la cama pensando que hay que soportar estar viva otro día más. Llegar a la maquila y soportar la necesidad de orinar para no tener que pasar la humillación de entrar al baño de hombres, un género que no tiene que ver con ella. O si no lograba soportar la necesidad de ir al baño, soportar el acoso, las frases lascivas, las propuestas sexuales, las amenazas, los papelitos por debajo de la puerta, tratar de ignorarlo y volver a su línea de trabajo de costura.

La referencia a Fabián la hizo pensar en el tiempo del “otro día más”. Por eso se tomó absolutamente en serio la campaña para reina de San Isidro, para que alguien más, quizá, tenga la oportunidad de evitar ese tiempo.

“Yo nací, o sea, yo me sentía una mujer, una niña, yo sentía que era una mujer con un cuerpo equivocado y mucha gente no comprende eso porque hay mucha gente que dice es que no, no se nace, se hace, pero yo a mis cinco años descubrí que era diferente”, afirmó.

“Yo tengo bien claro que yo soy una mujer transgénero. Entonces no me quiero comparar con una mujer cisgénero, a mí me gusta lo que yo soy. A mí me gusta verme en el espejo y verme tal cual, así yo no tenga lo que tienen las mujeres me gusta mi cuerpo, me gusto yo. Y me gusta que me respeten por lo que soy”.

Denuncias por incidentes de violencia y discriminación cometidos contra personas LGBTIQ+ en Chihuahua

Esta visualización de datos permite consultar diversos tipos de agresiones que han sido denunciadas por personas LGBTIQ+ en la última década. También permite leer una breve descripción de cada caso que ha sido recopilado por la organización mexicana Visible.

Defenderse y salir adelante en un pueblo machista

A Faby le gustaba la música y bailar como Selena, y sin embargo debía esconder sus cassettes para que no se los rompiera su papá que le regalaba cassettes de la Banda Machos. Le gustaba juntarse con sus amigas para jugar a las barbies, y sin embargo la obligaban a practicar deportes en la escuela primaria en los equipos de niños, donde siempre era el último en ser elegido.

Le gustaba que le dijeran Faby, sin embargo, a veces le decían puto o maricón y tenía que defenderse a los golpes. Le gustaban los niños, pero no podía tener novio, si su papá la veía con uno, se le iba a los golpes. Y, a pesar de ello, la vida de Faby ha tenido un gran privilegio: el apoyo incondicional de su madre. Que preparó la sala para la entrevista, que la acompaña en la aventura de ser candidata a reina, que le compraba las barbies, y le dio permiso de comprarse sus primeros tacones cuando iba en la preparatoria, que la abraza a cada momento.

“Si no fuera por eso, quién sabe, tal vez hubiera tenido que ejercer el trabajo sexual que es a lo que se ven orilladas muchas de nosotras, porque nos sexualizan demasiado, nos ven con morbo, pero afortunadamente no fue así, mi familia me ha apoyado mucho. Incluso mi papá, aunque batallamos mucho, y lo entiendo, esto es un pueblo muy chico y muy machista, así creció él, es difícil para él, las burlas de sus amigos, yo lo entiendo”.

Faby tiene 31 años, nació en San Isidro y quedó en segundo lugar del certamen, cuando hablamos por primera vez todavía no se cerraba la votación pero ella sabía que quedara en el lugar que quedara se trataría de una victoria para la comunidad trans.

“Así yo quede en segundo lugar o en el lugar que quede o así no llegara a quedar en ningún lugar yo ya gane, yo ya gané, yo ya gané”, se repite la primera princesa trans de San Isidro.

Aquí en los pueblos vecinos hay personas como yo, entonces que se den cuenta de que nosotras sentimos, somos humanas, tenemos los mismos derechos, pensamos, somos personas productivas quepodemos aportar a la sociedad para bien

Acá luchamos diariamente para romper con muchos estereotipos sobre todo porque se vive mucho machismo. Se que hay compañeras de la comunidad que, como yo, también tienen historias similares. La mayoría de las historias de nosotras las chicas trans son muy similares, muy similares”.

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Este trabajo fue publicado originalmente en el medio digital La Verdad de Juárez, en Chihuahua, México. Puedes leer la versión original aquí

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