Agenda “ecológica” debilitada
Entre tanta crisis, la promesa del gobierno “ecológico” se ve distante. “En materia ecológica, el gobierno es bastante ambiguo”, asegura Flavia Liberona, de Fundación Terram. “El avance no solo se mide en las acciones políticas, programas y proyectos de una sola cartera. Y, en ese sentido, podemos decir que la ratificación del Acuerdo de Transpacífico o TPP11 genera incertidumbre sobre si este será o no un Gobierno ecológico”, agrega.
El TPP11 o Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico es un acuerdo de integración económica plurilateral en la región de Asia-Pacífico que involucra a 11 países: Australia, Brunei Darussalam, Canadá, Chile, Malasia, México, Japón, Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam. El hoy presidente, hace solo unos años, lo rechazó en la Cámara de Diputados con una polera (camiseta) que decía “No al TPP-11”.
Para Poo, la agenda ambiental no es una prioridad política para el gobierno. “Me da la impresión de que falta más política y menos técnica, digamos, porque el tema medioambiental no es la Ley Marco de Cambio Climático (promulgada en junio por Boric, pero cuyo debate y desarrollo se dio en el gobierno anterior), y parece que se están concentrando en eso solamente”, dice la cientista política.
Tanto Liberona como Poo coinciden en que el gobierno ha sido pasivo en varios proyectos en discusión en el Congreso: Ley de Glaciares, de Humedales, o la que crea el nuevo Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (conocida como SBAP). Llevan años en trámite y no han podido avanzar.
Desde el gobierno, esperan destrabar el debate legislativo del SBAP de aquí al próximo año y avanzar en una reforma al Servicio de Evaluación de Impacto Ambiental.
Ezio Costa, de la organización FIMA, suma lo que considera debería ser otra prioridad: “Yo esperaría que se produzca la voluntad política para fortalecer la Superintendencia de Medio Ambiente en el cumplimiento de las normas ambientales. Es uno de los espacios más débiles que tenemos en materia de regulación, por falta de financiamiento y de herramientas”.
Para Costa, eso sí, vale la pena resaltar dos grandes hitos ambientales que ha tenido la administración de Boric: la ratificación del Acuerdo de Escazú y el anuncio de cierre de la Fundación Ventanas, en la “zona de sacrificio” de Puchuncaví.
El primero llegó apenas Boric asumió en La Moneda. En su primera semana de mandato, envió al Congreso el proyecto que ratifica el tratado de Acceso a la Información, la Participación Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en América Latina y el Caribe (conocido como Acuerdo de Escazú) al Congreso. A fines de mayo, el Senado lo aprobó.
El segundo hito, el cierre de la fundición de cobre Ventanas, de la estatal Codelco, vino en junio, tras semanas de intoxicaciones en las localidades de Quintero y Puchuncaví. Es una decisión que se venía debatiendo durante años, ante los constantes impactos ambientales y en la salud de la población. En 2011, niños y niñas de la escuela rural de La Greda se intoxicaron en distintos episodios en marzo, agosto y noviembre. La justicia acreditó la responsabilidad de Codelco por mal manejo de su fundición de cobre.