El agotador ritual de abastecerse de agua bajo el calor implacable

El agotador ritual de abastecerse de agua bajo el calor implacable

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Vidas en sequía

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Reportaje, video y fotos: Diana Manzo

Edición, análisis y diseño de datos: HasselFallas

Publicado: 17 de junio de 2024

Reportaje, video y fotos: Diana Manzo

Edición, análisis y diseño de datos: HasselFallas

Publicado: 18 de junio de 2024

La combinación de sequías severas y temperaturas extremas en el municipio zapoteca de Unión Hidalgo, en Oaxaca, México, exacerba la ya deficiente gestión del agua. Para reducir los costos de electricidad, las autoridades interrumpen el suministro de agua hasta 15 horas diarias. Adicionalmente, los pozos, afectados por la falta de mantenimiento, presentan fugas significativas, perdiendo grandes cantidades de agua. Miles de familias deben enfrentar la escasez y el desperdicio simultáneo del recurso en medio de olas de calor de hasta 38 grados Celsius.

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Escasez de agua y olas de calor

UNIÓN HIDALGO, OAXACA, MÉXICO- «¡Apúrate, mija! ¡Llena la última cubeta, que faltan 10 minutos para la una de la tarde y a esa hora ya no tendremos agua!», le dice Ángela Morales, de 65 años, a su nieta María.

La petición de Ángela a María es urgente: Necesitan terminar de llenar el tanque de cien litros de agua que les permitirá preparar la comida y la cena, lavar los trastes y atender cualquier otra eventualidad por el resto del día. Con suerte, el agua regresará a las 4 de la madrugada del día siguiente, pero podría tardar dos o tres días en volver, por lo que deben hacer rendir el líquido lo más que puedan.

María, una adolescente de 14 años, corre apurada con la cubeta roja en la mano. Se dirige a las afueras del patio de su casa, hacia la calle donde está la tubería. Abre la llave, de la que sale apenas un hilo de agua. El trayecto de ida y regreso le toma 10 minutos, pero la espera para llenar ese recipiente final se le hace casi eterna. Este es el último de cinco viajes que ha hecho en la última hora para cumplir la tarea que le encomendó su abuela.

Mientras espera a que la cubeta se llene, el sudor le corre por la frente y le moja la espalda. La sed y el cansancio se mezclan con la urgencia de su labor, que se ha vuelto más agotadora a partir de marzo, cuando empezaron las intensas olas de calor que afectan a Oaxaca y prácticamente todo México.

El país vive su peor crisis hídrica. Al cierre de febrero de 2024, el 69% de la población mexicana -equivalente a casi 90 millones de personas- padeció algún tipo de sequía, exacerbando la situación en comunidades como Unión Hidalgo, donde las temperaturas superiores a los 38 grados Celsius han empeorado la sequía y, en consecuencia, la falta de agua, haciendo la vida cotidiana aún más difícil.

Finalmente, María recoge la cubeta llena y vuelve a la casa. El aire es pesado, húmedo y le cuesta respirar bajo el sol abrasador de la tarde. Cuando llega, vierte cuidadosamente el agua en el tinaco para completar los 100 litros requeridos.

Hoy María ayudó a su abuela a cumplir la faena, pero hay días en que Ángela debe hacerla sola. Lo mismo hacen, desde hace cinco años, sus hermanas Elsa y Luz, y sus hermanos Carlos y Ángel Morales, todas personas mayores quienes cohabitan en la misma propiedad.

En Oaxaca, solo 7 de cada 20 hogares (35%) recibe agua diariamente, situándose en el puesto 27 entre los 32 estados de la república. Sin embargo, no se sabe cuántas de esas casas experimentan cortes prolongados durante el día, como sucede en Unión Hidalgo. Así lo revela un análisis de La Data Cuenta basado en datos de la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH) de 2022.

Una lucha diaria por el agua en tiempos de sequía extrema

Unión Hidalgo, Oaxaca, enfrenta una grave crisis de agua intensificada por olas de calor desde marzo de 2024. En 2022, solo el 35% de los hogares recibía agua diariamente, dificultando aún más la vida cotidiana.

Un gasto cuantioso de tiempo y dinero

El ritual de recolectar el agua desde la tubería municipal a las afueras de la casa, para preparar la comida, es uno de dos a los que recurre la familia de Ángela diariamente para procurarse el suministro.

El segundo requiere mucho más tiempo y paciencia. Comienza muy temprano en la mañana con la ayuda de una pequeña bomba eléctrica, comprada en la ferretería del pueblo. Ángela invirtió 1.500 pesos (US$82) en ella con la esperanza de aumentar la presión del agua que llega a su casa desde la red municipal, pero no se cumplió del todo.

Aunque sin la bomba sería imposible llenar los tanques dentro de la casa – necesarios para bañarse, lavar la ropa, los trastes y limpiar- el agua fluye tan lentamente que toma muchas horas lograrlo. Además, la bomba casera no tiene suficiente fuerza para que el agua suba hasta el tinaco en el techo, lo que impide acumularla allí.

Para captar agua, Ángela no solo pagó por la bomba, sino que este gasto extra también duplicó su recibo de luz.

«Antes pagaba entre 200 y 300 pesos (US$11 a US$17) bimestrales por la energía eléctrica; ahora son entre 500 y 700 pesos (US$27 a US$38) porque todos los días la bomba tiene que prenderse, de lo contrario, no cae una sola gota en la tubería», explicó la mujer.

Este mes, el gasto extra en electricidad, sumado al costo de la bomba y los 240 pesos (US$13) en agua purificada de garrafón para beber, le restó una cuarta parte de su humilde pensión. Este sacrificio, cuenta Ángela con angustia, afecta su capacidad para comprar las medicinas para la presión alta que padece y para adquirir frutas y otros alimentos.

Los tanques -como el que muestra Ángela Morales en la foto- son indispensables para las familias de Unión Oaxaca para conservar limpia toda el agua posible mientras haya restricciones del líquido.

México es líder en consumo de agua embotellada por persona, debido a la preocupación por la calidad del agua de grifo y los frecuentes cortes de suministro. Doña Ángela, además de comprar agua en garrafón, invirtió en una bomba casera para mejorar la presión del agua en su hogar, aunque sigue enfrentando problemas con el servicio

Hemos normalizado que el agua se interrumpa a partir de la una de la tarde desde hace mucho tiempo. Aprendimos a recolectar agua para todo: una fiesta, una reunión, cuando llegan las vacaciones… Y pensándolo bien esto no es normal. En mi niñez el agua era abundante

Ángela Morales

Residente de Unión Hidalgo, oaxaca

Un estiaje prolongado

Entre 2014 y 2024, Unión Hidalgo, Oaxaca, ha experimentado una constante sequía , alcanzando su punto más crítico desde octubre de 2023.  Las temperaturas extremas de más de 38°C se han vuelto una constante en el municipio.

Se corta el servicio, pero el agua se desperdicia

Las autoridades municipales justifican los recortes de agua, de 1:00 p.m. a 4:00 a.m., argumentando que la factura de electricidad que pagarían a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) sería muy alta si mantuvieran encendidas todo el día las bombas que extraen el agua de los seis pozos que abastecen a Unión Hidalgo.

Por eso las apagan durante 15 horas al día.  Además, arguyen que este gasto se sale de sus manos, considerando que una buena parte de la población está morosa en el pago del servicio que da el ayuntamiento. Esta decisión afecta a los 14.542 habitantes del municipio.

Sin embargo, aunque las bombas se apaguen y el agua deje de llegar a las casas, en los pozos de la comunidad hay fugas del líquido por la falta de mantenimiento que ha deteriorado las estructuras.

Por ejemplo, en el pozo ubicado cerca del campo de béisbol, hay charcos de agua desperdiciada, tal y como se constató en un recorrido por la zona.

 Un empleado en el sitio mencionó que las fugas se deben a que una pieza está inservible, lo que causa pérdida de presión y goteos intensos. El repuesto necesario es caro y debe adquirirse en la capital de Oaxaca, a cinco horas de distancia del municipio, comenta el hombre con resignación.

Este pozo tiene, al menos, 30 años desde su construcción, según varios vecinos consultados. Las autoridades han prometido rehabilitarlo, pero no han hecho nada, todavía.

El problema de las fugas no es exclusivo de Oaxaca, sino generalizado en todo México. Casi la mitad del agua potable del país se pierde debido a fugas en la infraestructura de distribución, según datos del Instituto Mexicano de Competitividad (IMCO), con información de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). De acuerdo con la Comisión, una fuga de dos gotas por segundo puede llenar cerca de 475 garrafones de 20 litros en un año.

«Es triste ver cómo los pozos se descomponen por la falta de mantenimiento. El agua es vida, pero las cosas no se hacen bien en el pueblo. Se desperdicia mucha más agua de la que nos suministran. Así llevamos más de cinco años», comentó uno de los pobladores.

Este pozo deteriorado cerca del campo de béisbol en Unión Hidalgo muestra charcos de agua desperdiciada, resultado de la falta de mantenimiento y recortes en el suministro eléctrico. Las autoridades prometen reparaciones, mientras las fugas continúan afectando a la comunidad

Además de afectar a los hogares, la interrupción del agua también impacta a las primarias vespertinas de la comunidad, como las escuelas 27 de Septiembre y 5 de Mayo. En sus instalaciones, el personal y padres de familia se turnan para almacenar agua en recipientes para que los estudiantes no carezcan de líquido, especialmente para el uso de los sanitarios y el lavado de manos.

«Antes trapeábamos (limpiábamos) todos los días, ahora lo hacemos tres veces por semana, aunque barremos a diario. Son 10 salones, más las oficinas de los directivos y los baños, que se lavan a diario. Por eso necesitamos acopiar al menos 10 mil litros antes de que quiten el agua a la 1 de la tarde «, dijo un funcionario.

Para Ángela, es lamentable que la gente de Unión Hidalgo se haya «acostumbrado malamente» a no tener agua las 24 horas del día y acepten que el suministro se interrumpa a discreción de las autoridades, a pesar de que se despilfarra por falta de mantenimiento de los pozos.

“Acá se violenta a diario nuestro derecho al acceso al agua”, dice mientras teje cintas de palma para crear un sombrero y ganar unos pesos extra para los gastos de la casa. Ángela continúa su tarea mientras el sol de la tarde se vuelve más implacable y el noticiero de la televisión anuncia la llegada de la cuarta ola de temperaturas extremas, con pronósticos de hasta 40 grados Celsius y más sequía para Oaxaca. Y aún falta otra más por lo que queda del año.

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2024

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