LaDataCuenta Data counts

Cambio Climático

¿Sufres por el calor extremo?

Aprende a protegerte y adaptarte a las olas de calor

Ilustración generada con IA

Olas de calor cada vez más comunes y temperaturas que sobrepasan los 30 grados Celsius están volviéndose más habituales en México. Valentina Davydova Belitskaya, experta en Física Atmosférica e investigadora de la Universidad de Guadalajara en Jalisco,México, advierte que el cambio climático impulsa estas temperaturas extremas, particularmente en las ciudades, donde el fenómeno de isla de calor eleva la temperatura urbana hasta 6 grados  Celsius más que en áreas rurales. En esta entrevista, Davydova Belitskaya ofrece consejos para protegerse de los efectos adversos del calor en el cuerpo y en el hogar, subrayando la importancia de mantenerse bien hidratados, vestir ropa ligera y buscar sombra, entre otras medidas.

Por: HasselFallas

Publicado: 09 de mayo de 2024

Implacable aumento del calor

La temperatura máxima promedio nacional en México incrementó 6 grados entre enero y abril de 2024. La media pasó de 26 a 32 grados °C. Las significativas variaciones pueden apreciarse mejor en la siguiente secuencias de mapas.

"Las ciudades son verdaderos hornos"

¿Los aumentos de temperatura y las olas de calor experimentadas actualmente en México, y en distintas partes del mundo, son atribuibles al cambio climático?

«Sin duda, podemos atribuir el aumento de las temperaturas globales al cambio climático. Las organizaciones internacionales, como el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático, han establecido que un aumento de 1.5 grados Celsius es un límite crítico que no deberíamos superar si queremos mantener condiciones climáticas estables. No obstante, seguimos enfrentando un aumento continuo de las temperaturas, impulsado principalmente por el dióxido de carbono, un potente gas de efecto invernadero. Este gas puede permanecer en la atmósfera hasta 180 años, lo que significa que, incluso si dejáramos de emitir hoy, las temperaturas seguirían aumentando debido a las concentraciones ya acumuladas».

En cuanto a responsabilidades globales por las emisiones, ¿cree que todos los países deberían ser tratados de igual manera ante la magnitud del problema?

«No, no todos los países deberían enfrentar las mismas responsabilidades en cuanto al cambio climático. Es crucial reconocer que los países con un pasado industrial más largo y con mayores recursos, como los países anglosajones que históricamente han contribuido en mayor medida a las emisiones globales, deben asumir una responsabilidad mayor.»

¿Qué medidas específicas sugiere para países en desarrollo como México frente al cambio climático?

«Los países en desarrollo deberían concentrarse en adaptarse al cambio climático mediante la promoción de tecnologías limpias y prácticas sostenibles. Una estrategia clave es la recuperación de áreas boscosas, ya que los bosques juegan un papel crucial en la absorción de dióxido de carbono a través de la fotosíntesis. Aumentar los sumideros de carbono podría ser una medida efectiva para mitigar el impacto de los gases de efecto invernadero. También es fundamental la promoción de desarrollos urbanos verdes que integren la naturaleza en las ciudades, reduciendo así el efecto de isla de calor urbano».

¿Por qué en las zonas urbanas se reciente más el incremento de las temperaturas?

«Las ciudades actúan como verdaderos «hornos» debido al fenómeno de isla de calor. Desde los años cincuenta, diversos estudios han demostrado que las temperaturas en áreas urbanas pueden ser sustancialmente más altas que en sus alrededores rurales. Esto se debe a la construcción intensiva y al uso de materiales como concreto y vidrio que absorben y remiten más calor».

He realizado varios estudios en ciudades como Guadalajara, Jalisco y he encontrado que la intensidad del calor urbano puede exceder los 6 grados Celsius en comparación con zonas rurales cercanas, lo que tiene un impacto directo en la calidad de vida de sus habitantes

Ilustración generada con IA

Espacios verdes ayudan a controlar el estrés térmico

¿Qué acciones pueden tomar los ciudadanos para mitigar estos efectos de las olas de calor en su vida diaria?

«Aunque vivimos en ciudades donde sufrimos el impacto de altas temperaturas, a menudo empeoramos inconscientemente estas condiciones por falta de educación ambiental. Por ejemplo, muchas personas, al mudarse a una casa con patios verdes llenos de pasto, arbustos y pequeños árboles, perciben estas áreas como un problema debido a la caída de hojas y la necesidad de mantenimiento constante. Como resultado, deciden remover estos espacios verdes y pavimentarlos, creando más superficies artificiales que intensifican el calor en lugar de mitigarlo.

Estas superficies no ofrecen el alivio que la vegetación natural proporciona a través de la evapotranspiración, que genera ambientes más frescos y húmedos. Cuando buscamos recreación al aire libre, como ir a campos o bosques para disfrutar de la sombra y la frescura bajo los árboles, encontramos un alivio significativo. Sin embargo, esta desconexión entre lo que experimentamos en la naturaleza y lo que replicamos en nuestros hogares muestra una falta de cultura ambiental que impide promover un hábitat sano en nuestras propias residencias.

Esta falta de áreas verdes nos lleva a enfrentar estrés térmico sin descanso, aumentando la ansiedad y exacerbando problemas sociales como la agresividad.

Por eso, a la par del estrés térmico, los médicos y meteorólogos hablan de la importancia del «índice de confort». Este índice es crucial porque refleja cómo, bajo condiciones de temperatura y humedad extremas, nuestros cuerpos luchan por regular la temperatura interna. Normalmente, la piel transpira para liberar el calor excesivo y mantener la temperatura corporal alrededor de 37 °C. Pero cuando la temperatura ambiente supera los 32 °C a 36 °C con alta humedad, nuestra piel no puede transpirar eficientemente. El calor se acumula internamente, lo que puede llevar a consecuencias graves como el estrés térmico, convulsiones y en casos extremos, a la muerte súbita por golpe de calor. Este entendimiento subraya la importancia de mantener y promover espacios verdes en nuestros entornos urbanos para mejorar nuestro bienestar físico y ambiental».

¿Qué recomendaciones daría para enfrentar olas de calor extremas, especialmente para aquellos que deben salir y exponerse al sol?

«Para enfrentar las olas de calor, especialmente en zonas donde el trabajo al aire libre es inevitable, es crucial adoptar estrategias de protección personal y comunitaria. Primero, recomiendo mantener una hidratación adecuada. Es vital llevar termos de 2 a 3 litros con agua fresca, consumiendo pequeñas cantidades frecuentemente en lugar de grandes cantidades de una sola vez. Esto ayuda a mantener un nivel óptimo de hidratación sin sobrecargar el cuerpo.

¿Qué es una isla de calor urbano? La expresión «isla de calor» se refiere a zonas urbanas con numerosas edificaciones que tienden a ser más cálidas que las áreas rurales cercanas. En ciudades con una población de un millón o más, la temperatura promedio anual puede ser entre 1 y 12 °C más alta que en las regiones rurales circundantes.

Estas islas de calor pueden impactar a las comunidades especialmente durante el verano, elevando la demanda de energía, aumentando los costos del aire acondicionado, agravando la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto invernadero. Además, el fenómeno puede incrementar las enfermedades y la mortalidad relacionadas con el calor, y afectar negativamente la calidad del agua. FUENTE: Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.

En cuanto a la vestimenta, es aconsejable usar ropa ligera de colores claros, preferiblemente blanca, que refleja la radiación solar en lugar de absorberla. Los sombreros de ala ancha son también muy recomendables para proteger la cabeza y la cara del sol directo. Además, es importante buscar la sombra siempre que sea posible, aunque reconozco que no siempre es factible, especialmente para aquellos que trabajan en el campo.

Los campesinos nativos y pueblos indígenas nos han mostrado ejemplos valiosos de cómo adaptarse a estas condiciones. Ellos utilizan ropa adecuada y mantienen prácticas de hidratación efectivas, lo que podríamos emular para mejorar nuestra resistencia al calor.

Además, es importante considerar la promoción de áreas verdes en nuestras comunidades. Plantar más árboles y arbustos no solo embellecen el espacio, sino que también ayuda a reducir las temperaturas locales mediante la provisión de sombra y la promoción de procesos de evapotranspiración. Estas acciones locales son esenciales para mitigar los impactos del cambio climático a nivel comunitario.

Finalmente, para aquellos más vulnerables, como niños y adultos mayores, es fundamental evitar la exposición al sol durante las horas pico de radiación ultravioleta, entre las 12 y las 4 de la tarde. El uso de bloqueadores solares con alto factor de protección es crucial durante estas horas, ya que la radiación ultravioleta alcanza su máxima intensidad y puede causar daños significativos a la piel y a la salud en general».

Ilustración generada con IA

Reforestar con especies nativas

Ha mencionado la necesidad de ‘enverdecer’ las ciudades y recuperar los bosques. ¿Podría profundizar sobre cómo esta estrategia puede contribuir a combatir el cambio climático y mejorar el entorno urbano?

«Claro, la reforestación y el aumento de la densidad de los árboles en nuestras ciudades son esenciales no solo para mejorar la calidad del aire, sino también para mitigar el calor urbano. La clave no está solo en plantar árboles aleatoriamente, sino en seleccionar especies nativas que se adapten y enriquezcan el ecosistema local. Un bosque bien estructurado con una variedad de árboles, arbustos y plantas bajo crecimiento es más resiliente y eficaz en la captura de carbono que un área con una sola especie.

Los árboles juegan un rol vital en la reducción de la temperatura urbana, conocido como el efecto de enfriamiento evapotranspirativo. Por ejemplo, pueden reducir las temperaturas ambientales en 3 a 5 grados Celsius, lo cual es significativo en un contexto urbano. Además, la infraestructura verde como jardines en los techos y muros verdes en edificaciones no solo proporciona beneficios estéticos, sino que también ayuda a reducir el consumo energético en los edificios y combate las islas de calor urbanas.

Los ecólogos, biólogos y botánicos pueden ofrecer su expertise para guiar estas iniciativas, asegurando que las plantaciones sean adecuadas y efectivas. También es crucial que los desarrollos urbanos incorporen estas prácticas desde el principio, no solo para adaptarse a las normativas actuales, sino para contribuir activamente a la solución del cambio climático. Esto incluye integrar vegetación en el diseño arquitectónico, desde jardines en azoteas hasta áreas verdes públicas amplias que puedan servir como pulmones para las ciudades. Estas medidas, combinadas, no solo enfrentan el desafío del cambio climático, sino que también revitalizan nuestros entornos urbanos, haciéndolos más habitables y sostenibles.»

La Dra. Valentina Davydova Belitskaya, profesora investigadora titular y experta en Física Atmosférica, es miembro del Sistema Nacional de Investigadores en México. Obtuvo su Doctorado en Física Atmosférica en la Universidad Nacional Autónoma de México en 2001 y actualmente es profesora en el Instituto de Medio Ambiente y Comunidades Humanas, dentro del Departamento de Ciencias Ambientales del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA) de la Universidad de Guadalajara.

Periodismo independiente basado en datos desde 2013

Para consultas sobre cursos, asesorías o desarrollo de proyectos en análisis y visualización de datos, escriba a: hassel@ladatacuenta.com

error: No se puede descargar