El ocaso del matrimonio

El ocaso del matrimonio

La maternidad en soltería redefine a Costa Rica

La maternidad en soltería redefine a Costa Rica

Cada vez menos costarricenses nacen dentro del matrimonio. En dos décadas, el país ha atravesado un cambio demográfico que desafía los modelos tradicionales: la maternidad en soltería ha crecido de forma sostenida hasta convertirse en la más común en la mayoría de los cantones. ¿Qué factores impulsaron esta transformación y qué implica para el futuro del país?

Análisis y diseño de datos: HasselFallas

Publicado: 15 de marzo de 2025

Análisis y diseño de datos: HasselFallas

Publicado: 15 de marzo de 2025

La forma en que se configuran las familias en Costa Rica ha cambiado drásticamente desde inicios del siglo. Si antes el matrimonio era el contexto predominante para tener familia, hoy la realidad es diferente: En cada vez más cantones, la maternidad en soltería se ha convertido en la norma. En 2023, solo 8 cantones del país registraron mayoría de nacimientos de parejas casadas, mientras que en otros 57, los nacimientos de madres solteras son ahora la opción más común.

Este análisis de La Data Cuenta, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), muestra cómo este cambio ha ido acelerándose. Hace dos décadas, solo 18 cantones registraban más nacimientos de madres solteras que en otras condiciones; hoy, ese número se ha casi cuadruplicado. En la provincia de Cartago, por ejemplo, en todos sus cantones las madres solteras superan a las casadas y a las que tienen hijos en unión libre, desde 2016.

El estudio solo considera a las madres casadas, en unión de hecho o solteras, que juntas dan a luz a más del 98% de los niños. El otro 2% corresponde a mamás viudas, separadas o divorciadas. Las categorías están establecidas de esa forma en los cuestionarios que los hospitales de la CCSS realizan a las mujeres después del parto.

Maternidad en soltería a la delantera

Hace veinte años, casi la mitad de los bebés en Costa Rica nacía dentro del matrimonio. Hoy, esa realidad es completamente diferente. En 2023, apenas una cuarta parte de los nacimientos (26%) ocurrió en hogares con padres casados. Mientras tanto, las parejas en unión libre ganaron protagonismo, aunque su auge no fue permanente: en su punto más alto llegaron a representar casi la mitad de los nacimientos, pero desde 2018 su participación comenzó a descender. El gran cambio ha sido el crecimiento sostenido de la maternidad en soltería. En 2002, el 34% de los bebés nacía de madres solteras; en 2023, esa cifra llegó al 44%, consolidándola como la configuración familiar más común en el país.

La última vez que más niños nacieron dentro de un matrimonio ocurrió en 2006, aunque en esa ocasión la ventaja sobre los nacimientos en familias de hecho fue mínima. Desde entonces, el matrimonio ha ido perdiendo terreno de forma constante.

Un país donde el matrimonio ya no predomina

A inicios del siglo, la regla del matrimonio para tener hijos regía en más de la mitad de los cantones (54), pero para 2023, ese número se redujo a solo 8. Sin embargo, en la mitad de ellos, la diferencia con los nacimientos de madres solteras es mínima, por lo que, de mantenerse esta tendencia, en los próximos años serán aún menos los lugares donde estar casado siga siendo la principal forma de tener hijos.

En algunos cantones, el declive del matrimonio como base de la crianza ha sido aún más marcado. Oreamuno (Cartago) es el cantón donde el matrimonio ha cedido más terreno. Actualmente, solo 2 de cada 6 bebés nacen en hogares de padres casados, cuando hace 20 años la proporción era de 2 de cada 3. En Dota (San José), Naranjo (Alajuela) y Turrubares (San José), la caída también ha sido significativa: a inicios de siglo, 2 de cada 4 bebés nacían dentro del matrimonio, pero hoy solo 1 de cada 5 lo hace. En estos cuatro cantones, la maternidad en soltería ha tomado el lugar que antes ocupaba el matrimonio como el estado civil más frecuente para la crianza.

Por otro lado, el crecimiento de la maternidad en soltería ha sido más notorio en Puriscal (San José), Santa Cruz (Guanacaste), Alajuelita (San José) y Nicoya (Guanacaste). En Puriscal, hace dos décadas solo 1 de cada 6 bebés nacía de madre soltera, mientras que hoy la cifra ha aumentado a 2 de cada 4. Santa Cruz y Nicoya muestran la misma tendencia. En Alajuelita, el cambio ha sido aún más pronunciado: a inicios de siglo, 1 de cada 3 bebés nacía de una madre soltera, pero actualmente la proporción es de 2 de cada 3.

El declive de la unión libre

El declive de la unión libre como forma predominante de maternidad se ha notado principalmente en la provincia de Guanacaste, específicamente en los cantones de Nandayure, Santa Cruz y Nicoya. Hace dos décadas, 2 de cada 4 bebés nacían en hogares de padres en unión libre en estos cantones; hoy, la proporción se ha reducido a solo 1 de cada 5.

Aunque desde 2007 la unión libre era la principal forma de convivencia para tener hijos, su protagonismo también ha disminuido. En 2016, 49 cantones tenían más nacimientos en hogares de parejas en unión libre, pero en 2023 la cifra cayó a solo 18. Limón es la excepción: en todos sus cantones, la unión libre sigue siendo la forma más común de maternidad.

Derechos y barreras para madres solteras

Costa Rica cuenta con un marco legal que reconoce los derechos de las madres solteras, pero la realidad dista de ser ideal. La Ley de Paternidad Responsable (N.º 8101) establece mecanismos para que los padres asuman su rol en la manutención de sus hijos, incluyendo pruebas de ADN en disputas legales. Sin embargo, el incumplimiento de pensiones alimentarias sigue siendo un problema crónico. En los juzgados, el  59% de los casos son presentados por madres solteras reclamando este derecho para sus hijos.

Más allá del ámbito legal, las dificultades económicas afectan desproporcionadamente a las madres solteras costarricenses. Según un informe del Banco Mundial (2023), más de la mitad vive en situación de pobreza, una proporción que ha aumentado en la última década. Con un único ingreso y sin redes de apoyo suficientes, estas mujeres enfrentan obstáculos para acceder a educación, empleos bien remunerados y ahorro, lo que perpetúa las brechas económicas.

Este fenómeno no es exclusivo del país. Un análisis de Miguel Ángel Talamas Marcos, publicado en el blog del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), señala que muchas madres solteras en América Latina provienen de entornos con menos educación y oportunidades, lo que las empuja al sector informal y a empleos precarios. Esta precarización laboral agrava su vulnerabilidad y limita su acceso a derechos fundamentales, reproduciendo desigualdades estructurales que afectan tanto a las madres como a sus hijos.

Transformación familiar en Costa Rica
En dos décadas, la maternidad en soltería ha pasado de ser una opción minoritaria a convertirse en la más común en la mayoría de los cantones del país. Este cambio ha redefinido la estructura familiar y ha dejado al matrimonio como una forma cada vez menos predominante para la crianza de los hijos.

Madres solteras y desafíos estructurales La falta de corresponsabilidad paterna, las barreras laborales y la carga económica son desafíos persistentes que enfrentan estas mujeres y sus hijos.

Menos nacimientos, más incertidumbre
La tasa de natalidad en Costa Rica sigue en caída, y las proyecciones indican que para 2031 el país alcanzará su nivel más bajo en décadas. Este descenso demográfico tiene implicaciones para la sostenibilidad de la seguridad social y la planificación de políticas públicas a futuro.

Menos nacimientos que nunca

Este cambio en la estructura familiar ocurre en paralelo con una reducción tanto en la tasa de nacimientos como en la cantidad absoluta de bebés que nacen en el país. Ambas métricas reflejan el mismo fenómeno desde perspectivas diferentes: la tasa de nacimientos (nacimientos por cada 1.000 habitantes) permite analizar la tendencia relativa al crecimiento poblacional, mientras que la cantidad total de nacimientos muestra cuántos bebés nacen en términos absolutos, lo que tiene implicaciones directas en la demografía y la planificación social.

En 1985, Costa Rica registró su punto más alto con más de 84.000 nacimientos. Sin embargo, desde entonces, la cifra ha ido en declive constante, alcanzando en 2023 el nivel más bajo en siete décadas, con poco más de 50.000 nacimientos.

Al mismo tiempo, la tasa de nacimientos también ha mostrado una reducción sostenida. En 1961, el país alcanzó su pico con 53 nacimientos por cada 1.000 habitantes. Desde entonces, la tendencia ha sido descendente, con una caída más marcada a partir del año 2000, cuando la tasa bajó de 20. En 2023, la cifra llegó a su nivel más bajo en la historia: solo 10 nacimientos por cada 1.000 habitantes.

Los datos proyectados por La Data Cuenta con un modelo ARIMA muestran que la tendencia descendente en la natalidad continuará en los próximos años. Se estima que los nacimientos caerían a menos de 30.000 en 2031.

La tasa de nacimientos también seguirá reduciéndose  a solo 5 en 2031. Estas proyecciones se basan en patrones históricos y suponen que los factores que afectan la natalidad (como la economía, las políticas públicas y el acceso a salud) se mantendrán estables. No obstante, los intervalos de confianza muestran cierto margen de variabilidad, con escenarios en los que los nacimientos podrían ser aún menores o ligeramente superiores.

Este descenso plantea interrogantes sobre el futuro del país: desde la sostenibilidad del sistema de pensiones hasta la planificación de servicios de salud y educación. La disminución en la tasa de nacimientos podría impactar la estructura poblacional, con una sociedad cada vez más envejecida y una menor proporción de jóvenes.

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