En Costa Rica, el conmovedor caso de una niña de 13 años, convertida en madre bajo circunstancias de violencia sexual, sacude los cimientos de la sociedad y la opinión pública. Su bebé de nueve meses fue raptada y desaparecida, sin que hasta hoy se tengan indicios de su último destino.

Las pistas reveladas por la Policía incriminan al padrastro de la adolescente- un hombre de 33 años- como el principal responsable del hecho. El sospechoso también figura como el presunto violador y padre de la pequeña.

Este caso, que expone las devastadoras consecuencias de la violencia sexual contra las niñas no es aislado en el país. Según un análisis de ‘La Data Cuenta’, que revisó los registros de nacimientos y edad de las madres del Instituto Nacional de Estadística y Censos, estos abrumadores crímenes son recurrentes. Las cifras indican una realidad que no se puede ignorar y que exige una respuesta decidida y urgente de toda la sociedad.

Las relaciones sexuales forzadas con menores son un delito atroz, que, en múltiples ocasiones son invisibilizadas, dejando en total vulnerabilidad a las víctimas.