Entre tantas paradojas que desafían la razón y la lógica en el mundo, existe una que cuestiona por igual a la Economía y la Moral de la humanidad contemporánea: el desaprovechamiento de la comida. Anualmente, 1.050 millones de toneladas de alimentos nunca llegan a los platos de los consumidores o de las personas que los necesitan; en lugar de ello, terminan en basureros. Este desperdicio no solo se traduce en una pérdida estimada de más de mil millones de dólares, sino que también representa una bofetada para 783 millones de personas que enfrentan inseguridad alimentaria y para los 150 millones de niños que padecen de malnutrición.

A estas graves consecuencias se suma la destrucción del medioambiente. Toda esa comida desechada demanda casi el 30% de la tierra agrícola mundial, destruyendo ecosistemas innecesariamente para producir alimentos que incumplen su propósito de nutrir. Además, las raciones descartadas contribuyen al calentamiento global, siendo responsables de entre el 8% y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Estas estimaciones provienen de un reciente estudio del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que indagó en los hábitos de consumo de 232 países y generó una base de datos que revela la magnitud del mal uso de la comida en el planeta. Los datos en la base incluyen información sobre el desperdicio per cápita, así como el total de toneladas lanzadas a vertederos cada año, tanto de alimentos en buen estado como de residuos y partes no comestibles.

Para ofrecer una perspectiva más clara de este fenómeno, La Data Cuenta presenta en la siguiente infografía interactiva los hallazgos globales y específicos por país. Descubra cómo, en el lugar donde usted vive y en cualquier otro de interés, se descartan millones de raciones de comida que alguien más podría aprovechar.