Medida adoptada:

La administración Trump eliminó subsidios y créditos fiscales que incentivaban la fabricación y adquisición de vehículos eléctricos (EV), un programa clave para reducir la dependencia de combustibles fósiles en el transporte. También ordenó detener el desarrollo y expansión de la infraestructura de carga, limitando el acceso y la adopción de estos vehículos en áreas urbanas y rurales. Además, la administración justificó la medida argumentando la falta de mandato federal para los EV, a pesar de los esfuerzos previos del gobierno de Biden y varios estados, como California, para establecer estándares más estrictos de emisiones.

Impacto:

Este retroceso amenaza el progreso logrado hacia una movilidad más limpia en un país donde el sector transporte es una de las mayores fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero. La eliminación de incentivos desincentiva a los consumidores y fabricantes, lo que podría resultar en una desaceleración en la transición a energías limpias. Esto no solo afecta el medio ambiente, sino también la competitividad económica de Estados Unidos frente a países como China, que lideran en la fabricación y adopción de tecnologías limpias gracias a políticas robustas de apoyo a los EV.

Además, la falta de expansión en la infraestructura de carga crea un obstáculo significativo para la adopción masiva de estos vehículos, especialmente en regiones rurales que ya enfrentan desafíos en el acceso a tecnología limpia. Esta decisión podría desalentar futuras inversiones privadas y ralentizar la innovación tecnológica en el sector.