Aunque las adolescentes limonenses son menos propensas hoy a la maternidad a destiempo, la provincia todavía tiene la tasa más alta de todo el país: 37 de cada 1.000. Principalmente, porque el indicador sigue elevado en Talamanca y el cantón central de la provincia, pese a ser dos de las zonas donde más se aplaude la baja de estos embarazos.
Tener un bebé es una de las causas que aleja a las jóvenes de las aulas. Tres de cada 50 mujeres entre 15 y 17 años (6%) dejó la secundaria por esa causa, según la Encuesta Nacional de Hogares del 2017.
Patricia Pinnock, directora del Colegio de Pacuare, afirma que cuando una de sus alumnas enfrenta esa situación, el centro busca, por todos los medios, que continúe estudiando.
Recientemente, le ocurrió a una estudiante de octavo año. A inicios del curso, la directora y otros docentes se reunieron con su mamá para crear un plan de atención a la muchacha. Hablaron con sus compañeros de salón y fueron estrictos en que se le apoyara y no se tolerara ninguna discriminación.
La adolescente asistió a lecciones hasta cuatro días antes del parto. Desde entonces, sus profesores le han preparado materiales especiales, que le entregan a su madre, con la intención de que la joven gane el año y siga avanzando hasta terminar la secundaria.
“Lo principal es el apoyo de la familia. Luego negociar con la muchacha para que siga adelante. Si eso se logra, un orientador debe llevarla de la mano para darle soporte porque un embarazo a esa edad la afectará mucho emocional y físicamente”, añade Hutt.
En esa institución también están atentos a cualquier señal de vínculos impropios entre adultos y menores de edad. En Costa Rica, la ley 9.406 -vigente desde enero de 2017- castiga con cárcel las relaciones sexuales de ese tipo.
Dos de cada siete menores de edad que dieron a luz el año pasado (1.301), reportaron que el padre del bebé era mayor de edad. Sin embargo, en siete de cada 10 casos (3.097) el padre no fue declarado o se desconocía su edad.